25 AÑOS DE LA ORGANIZACIÓN POLÍTICA LOS NECIOS
Hablar de un cuarto de siglo de la historia revolucionaria que representa laOrganización Política Los Necios, tratar de resumir cada experiencia deformación política e ideológica, cada espacio de lucha reivindicativa, de cadajoven que se formó durante estos 25 años, de cada una de las condicionantesque replegaban para seguir fortaleciéndose ante la imposición del modeloneoliberal en Honduras. Es una acción casi imposible de plasmarlo en unaspalabras. Significativamente desde el año de 1999 se ha luchado por transformar larealidad sociopolítica, para construir una sociedad más justa, equitativa ysoberana. Donde puedan emerger las organizaciones sociales para la conquistadel Estado derrocando a los sectores facticos y oligárquicos en la economía y lapolítica del país. Ha sido un camino arduo, de lucha constante, pero con objetivos claros. Uno delos principales acuerdos establecidos en sus inicios de la OPLN, fue el de laformación constante, por tal razón para nosotros es de vital importancia lasreuniones semanales para el estudio de la realidad nacional e internacional, através de conferencias, talleres y manifestaciones para promover la organizaciónpopular. Con esto se logra dimensionar desde múltiples aristas la situación actualde Honduras y de esta forma ser combatientes ante el flagelo capitalista.Por su beligerante trabajo a través de los años y su marcada visión políticaMarxista Leninista, cuenta con el reconocimiento a nivel latinoamericano pororganismos de gran repunte en cuanto a la lucha del movimiento popular enAmérica latina, reconociendo la importancia de las alianzas internacionales parafortalecer la capacidad de incidencia. Histórico para la OPLN su combatiente participación en el 2009 en la resistenciacontra el golpe de Estado, donde fue derrocado el Presidente Manuel ZelayaRosales. Dando hincapié de una nueva cosmovisión de la política hondureña,siendo la OPLN actor clave para la articulación del Frente Nacional deResistencia Popular (FNRP). Su ímpetu en las movilizaciones y gran capacidaddel análisis y discurso crítico en contra de la dictadura instaurada en el paísconsolidó su reputación como organización coherente y combativa.Conscientes de la evolución de la política y luego de varios procesosdemocráticos desarrollados en Honduras, el Partido Libertad y Refundación(LIBRE) logra vencer en elecciones del año 2021 el bipartidismo, que pordécadas habían sumergido al país en caos, pobreza, inseguridad e inestabilidadeconómica y política. Este trascendental gane es un respiro para una población sumergida en lapobreza y el abandono, generando así nuevas oportunidades para reconstruir laHonduras que queremos. Como OPLN en estos nuevos escenarios políticosestamos convencidos de que aún queda mucho por hacer, que se debe seguirformando nuevos cuadros políticos revolucionarios de base, sobre todo laformación en masas para fortalecer el movimiento popular hondureño. A 25 años de la Organización Política Los Necios siendo un referente de la luchaen Honduras, en esta ocasión no solo es para celebrar sus logros, si no tambiénreflexionar en los desafíos pendientes en cuanto la migración masiva, el cambioclimático, corrupción, defensa de los territorios, diversidad y derechos humanos.La continuidad de la labor como organización de lucha sigue intacta al pasar delos años, estamos en uno de los momentos coyunturales para dejar el legado ageneraciones venideras y con nuestro puño izquierdo en lo alto gritar a todopulmón, ¡¡VENCEREMOS, NECEDAD ¡¡VENCEREMOS NECEDAD!!. Erasmo Zelaya GonzalesSociólogo
Trump vs. Harris: Dos Caras de la Misma Moneda del imperialismo
En la superficie, Donald Trump y Kamala Harris pueden parecer representar polos opuestos, pero en la realidad, ambos candidatos responden a los intereses de una élite que influye en la política exterior de Estados Unidos. La visión de esta élite, especialmente el complejo industrial-militar y sectores financieros, se traduce en políticas que no dependen del presidente en turno, sino de una lógica de control global y preservación de intereses hegemónicos imperialistas. El Mismo Imperio con Diferentes Estilos Estados Unidos ha tenido una constante histórica: asegurar la hegemonía en regiones claves a través de la intervención militar, directa o indirecta. Bajo Trump, vimos un discurso de “América Primero” que buscaba justificar un nacionalismo robusto, pero que en realidad mantuvo la presencia militar y las alianzas estratégicas en lugares como el Medio Oriente. Con Harris, podría haber un enfoque “más diplomático”, pero la presencia en conflictos no desaparecerá. De hecho, es probable que se intensifiquen las operaciones encubiertas y la influencia estadounidense a través de aliados en conflictos como el de Ucrania y en la situación de Gaza, todo bajo una visión de “derechos humanos” y “democracia”. En este sentido, ambos candidatos representan un enfoque belicista, aunque con diferencias en su presentación. Con Trump, se espera un enfoque más abiertamente confrontativo; con Harris, una fachada de inclusión y equidad de género que, sin embargo, no implica un cambio en la estrategia bélica de fondo. Bloqueos y Sanciones: Cuba, Venezuela, y Nicaragua Los bloqueos económicos y las sanciones son herramientas predilectas de la política exterior de EE.UU., justificadas bajo el pretexto de “proteger la democracia”. Trump intensificó las sanciones a Venezuela y a Cuba, mientras que Harris probablemente mantendría estas políticas, aunque bajo un discurso más “progresista” y “humano”. En ambos casos, la política de sanciones no busca promover cambios reales de democratización, sino desgastar los gobiernos que representan una resistencia al modelo hegemónico estadounidense. Guerra Económica con China: Una Competencia por la Supremacía La relación de EE.UU. con China trasciende a la presidencia de cualquier candidato; es una disputa por el liderazgo global. Trump inició una guerra comercial con China en nombre de proteger la economía estadounidense. Harris mantendría una postura similar, aunque con menos retórica incendiaria y una apariencia de cooperación en temas “ambientales” o de derechos humanos. Sin embargo, ambos persiguen el mismo objetivo: contener el ascenso de China. La diferencia es meramente estética; mientras Trump habla de “guerra comercial,” Harris puede hablar de “competencia justa,” pero la presión y la vigilancia en América Latina para limitar la influencia china seguirán en aumento. Migración: Dos Enfoques para el Mismo Objetivo La migración es uno de los puntos clave en la política exterior estadounidense hacia América Latina. Con Trump, el enfoque fue abiertamente hostil, con muros y restricciones duras. Con Harris, podría haber un enfoque más “humano” en apariencia, enfocado en tratar las “causas de raíz” de la migración. No obstante, el objetivo final sigue siendo el control de la frontera y la limitación de la llegada de migrantes. La ayuda económica y los programas para reducir la migración desde Centroamérica bajo Harris serían más bien simbólicos, enmascarando el mismo objetivo restrictivo, pero con un discurso de inclusión. Narcotráfico y Militarización en América Latina Ambos candidatos comparten un enfoque que convierte a América Latina en un escenario para la militarización y la intervención bajo el pretexto de la “lucha contra las drogas”. Trump promovió una estrategia abiertamente coercitiva; Harris podría introducir iniciativas “comunitarias” o de “cooperación” con los gobiernos locales, pero el trasfondo es el mismo: mantener la influencia militar de EE.UU. en la región para controlar las rutas estratégicas y evitar la aparición de gobiernos que desafíen su influencia. La guerra contra el narcotráfico no se abordaría como una cuestión de salud pública, sino como un vehículo para justificar la presencia y el control militar en la región. “Bombas con Equidad de Género”: La Postmodernidad La única diferencia real es la presentación. La política exterior bajo Harris se caracteriza por una retórica postmoderna que apela a valores como la equidad de género, la inclusión y la diversidad, pero que en la práctica mantiene las mismas dinámicas de intervención y control. En este sentido, se podría hablar de una política de “bombas con equidad de género”: la intervención militar y las sanciones permanecen, pero envueltas en un discurso de progresismo y derechos humanos. Este enfoque facilita la aceptación pública de las políticas intervencionistas al suavizar su apariencia, mientras que el fondo de la estrategia –control geopolítico y económico– permanece intacto. Trump y Harris son, en última instancia, representantes de la misma estructura de poder que dicta la política exterior estadounidense. Aunque los estilos varían, el objetivo de asegurar la hegemonía estadounidense, controlar los recursos estratégicos, y contener influencias externas como China o Rusia es común a ambos. La diferencia está en la presentación: un discurso de “América Primero” que apela al nacionalismo en el caso de Trump, y un discurso de “derechos humanos” e “inclusión” en el caso de Harris. Ambos caminos, sin embargo, conducen al mismo destino para América Latina y el mundo.
Entre las sombras Imperiales y la dignidad cubana
La situación energética en Cuba es de el último capítulo en una guerra económica que ha durado más de seis décadas. A simple vista, los apagones, la falta de combustible y las dificultades diarias de los cubanos parecen ser consecuencia de la geografía insular o de la escasez global de recursos. Pero detrás de cada corte de luz y cada parada de autobús, se esconde la mano invisible del imperialismo yanqui. Sí, el mismo que ha intentado sofocar cualquier intento de independencia económica en América Latina, desde el golpe en Guatemala en 1954 hasta la intromisión en Venezuela. Si miras desde fuera, Cuba parece vivir entre sombras, apagada, con sus luces intermitentes parpadeando entre un mar de carencias. Pero si miras de cerca, lo que ves no es oscuridad, es resistencia. El bloqueo energético que sufre la isla no es solo una cuestión de apagones, de motores que dejan de rugir o de cables que no conducen. Es la encarnación moderna de una lucha ancestral: la de David contra Goliat, la del pequeño pueblo que, a fuerza de aguante y coraje, se enfrenta al gigante más monstruoso que ha conocido este lado del mundo, el imperialismo yanqui. El bloqueo económico, al que insisten en llamar un “embargo”, no es más que una herramienta de asfixia diseñada para hacer colapsar al gobierno cubano, o mejor dicho, para hacer que el pueblo cubano se arrodille ante los intereses estadounidenses. Lo que se está jugando en esta crisis energética es mucho más que electricidad; es la soberanía misma de la nación cubana. No nos engañemos. El problema energético en Cuba no es técnico ni logístico, es político. Los apagones en La Habana y Santiago, el combustible que falta en Holguín, la electricidad que se va en Matanzas no son fallos de un sistema ineficiente. Son las cicatrices de una guerra económica prolongada que EE.UU. lleva librando contra un pueblo entero, con la esperanza de que en algún momento se cansen de resistir. El petróleo, un recurso esencial para la supervivencia de cualquier economía moderna, ha sido usado como un arma en esta guerra prolongada. Las sanciones estadounidenses no solo han bloqueado la entrada de combustible a la isla, sino también el acceso a tecnologías energéticas que podrían haber modernizado la infraestructura cubana. Cada intento de romper el cerco, ya sea mediante acuerdos con Venezuela o proyectos de energías renovables, es bloqueado por el gigante del norte. La estrategia es vieja: ahoga al pueblo para que se vuelva contra su gobierno. Pero no es cualquier pueblo el que están ahogando. Es el pueblo cubano. Y si hay algo que Cuba ha demostrado al mundo, es que la dignidad puede vivir incluso en las penumbras más oscuras. Porque mientras en Washington planean sanciones y bloqueos, en Cuba se sigue soñando con libertad, con soberanía, con esa palabra tan antigua y tan hermosa que todavía resuena en los montes de la Sierra Maestra: revolución. En Washington, claro, lo llaman “presión diplomática”, pero en La Habana y en el resto de América Latina sabemos bien que esto no es más que imperialismo puro y duro. El objetivo final siempre ha sido el mismo: quebrar al pueblo cubano. Pero, hasta ahora, el pueblo ha demostrado una resistencia que ni el poderío militar ni la maquinaria económica de Estados Unidos han logrado doblegar. Lo que no entiende el imperio es que, por cada kilovatio que le quitan a Cuba, le regalan una nueva razón para luchar. Porque mientras hay sombra, también hay luz. La luz de los que se niegan a rendirse, la de los que siguen adelante aun cuando el combustible se acaba y las máquinas paran. La luz de los que saben que no es la energía lo que mantiene en pie a una nación, sino la voluntad de su gente. Sin embargo, las consecuencias son palpables. Apagones constantes, transportes parados, hospitales que no pueden operar al 100%. Las políticas de la Casa Blanca no golpean directamente a la dirigencia cubana, sino a los hombres y mujeres de a pie, aquellos que se esfuerzan día a día por mantener a flote un país bloqueado. Lo que no calculan en los pasillos del poder en Washington es que, con cada nueva sanción, no están debilitando la revolución cubana, sino fortaleciendo su espíritu de resistencia. Cuba, en su crisis energética, no está apagada. Está encendida con la fuerza de quienes, a pesar de todo, siguen creyendo en un mañana sin imperialismo. ¿Y qué importa si el norte la quiere apagar? Si algo nos ha enseñado la historia es que, en las noches más largas, es cuando los sueños más brillan. En Cuba no se enfrentan solo a un problema energético, sino a una batalla más amplia por su derecho a existir como una nación soberana. Y el imperialismo yanqui, como siempre, subestima la capacidad de resistencia de los pueblos de América Latina. Mensaje de solidaridad A ti, Cuba, que enciendes nuestras esperanzas incluso desde tus apagones. A ti, que resistes con la misma fuerza con la que nuestros pueblos han resistido por siglos. Desde cada rincón de América Latina, te abrazamos en tu lucha, te admiramos en tu dignidad. No estás sola. En cada chispa de rebeldía que enciendes, nosotros también ardemos. ¡Que nunca apaguen tu luz!
El Inicio del Fin de los Privilegios Fiscales
No es solo un enfrentamiento sobre un documento técnico, es la lucha por el futuro fiscal del país, uno que hasta ahora ha favorecido a los más ricos y poderosos.
Venezuela : Una revolución que rompe los moldes
El 10 y 11 de septiembre en Caracas, Venezuela, se celebró el Congreso Mundial contra el Fascismo, el Neofascismo y Expresiones Similares.
UCRANIA-GAZA-VENEZUELA, Tambores de Guerra
Fin del hegemonismo unipolar yanki, emergencia del Mundo Multipolar La historia enseña que cada cambio en el orden global conlleva violencia y trastornos radicales. Los ejemplos de 1914 y 1939, con el estallido de las dos guerras mundiales, evidencian que los nuevos repartos del mundo no se producen pacíficamente. Tras el colapso de la URSS en 1989, el sistema bipolar establecido en 1945 desaparece. El bloque soviético, que funcionaba como contención del capitalismo liderado por los anglosajones, llega a su fin. La caída del Muro de Berlín y lo que siguió a este evento marcan el inicio del orden unipolar, con EE. UU. imponiendo su versión más cruda del capitalismo: el neoliberalismo. De 1990 a 2015, EE. UU. ejerció su poder global de manera arrolladora, interviniendo militarmente en Panamá, Afganistán, Irak, Libia y Ucrania, entre otros. Cada intervención dejó tras de sí un reguero de destrucción y muerte, promoviendo el neoliberalismo en los escombros. Siria-Ucrania: Punto de inflexión El poder omnímodo de EE. UU. comienza a mostrar grietas en 2015, cuando Rusia interviene en Siria, apoyando al presidente Bashar al-Assad. Con esta intervención, Moscú desafía la “Primavera Árabe” impulsada por EE. UU. y estabiliza parcialmente Oriente Medio. Rusia, tras su reestructuración post-soviética, emerge como una fuerza global capaz de confrontar a EE. UU. y sus aliados de la OTAN. La incursión en Ucrania por parte de Rusia responde a la amenaza mortal que supone la expansión de la OTAN, la cual ha sumado a 14 ex aliados de la URSS desde la disolución del Pacto de Varsovia. Amagar al oeste, golpear al este El verdadero objetivo de EE. UU. y la OTAN es China, que lidera el PIB mundial y es pionera en áreas tecnológicas clave como la computación cuántica, los cohetes hipersónicos y la Inteligencia Artificial. China, junto a los BRICS, controla más del 50% del PIB y de la población mundial. El año 2025 se vislumbra crucial, ya que está prevista la reincorporación de Taiwán a China continental. EE. UU., en su afán por no ceder espacio, busca neutralizar a Rusia antes de confrontar al gigante asiático, lo que parece una misión imposible. Ucrania-Gaza-Venezuela: El circuito de la guerra planetaria Las guerras en Ucrania y Gaza, junto con la disputa electoral en Venezuela, representan los frentes principales de esta pugna global. En Venezuela, EE. UU. y sus aliados intentan deslegitimar el triunfo del presidente Nicolás Maduro con campañas mediáticas y acusaciones de fraude electoral, sin pruebas sólidas. Mientras el pueblo venezolano mantiene firme su legado chavista, la narrativa occidental, impulsada por medios como CNN y el Centro Carter, reduce la democracia a procedimientos vacíos, ignorando los valores de justicia social y verdadera libertad. La lucha venezolana se enmarca en una corriente global por la construcción de un mundo mejor, más justo y armonioso, tanto para la humanidad como para el medio ambiente.
¿Justicia para quién?
La extradición es sin duda útil, desde nuestra perspectiva, para limpiar nuestro tablero de políticos inescrupulosos, corruptos, criminales y etc, etc (bueno de algunos, los gringos son selectivos y no se han llevado a algunos que reiteradamente son mencionados y nunca los han pedido).
¡No al Intervencionismo! La Doble Cara de Washington y la Dignidad Soberana de los Pueblos
En un contexto donde la CIA y el Departamento de Estado históricamente han sido protagonistas en el encubrimiento y la facilitación del tráfico de drogas, la denuncia de la presidenta Xiomara Castro no solo es valiente, sino esencial para la defensa de la soberanía hondureña.
Nuestro deseo como Humanidad es el «comun-mismo»
El accionar de la humanidad está íntimamente ligado a una aspiración, a un deseo, a un fin aún no concretado. Este «no concretado» representa una producción teleológica, un objetivo construido, un «posible deseable» que no ha sido realizado.
Venezuela. Convencer, Confundir, Cooptar, las “tres C” de la propaganda de guerra
Si quisiéramos resumir los mecanismos de la “guerra cognitiva”, que pretende condicionar el cerebro mediante la manipulación de las emociones, podríamos hablar de las “tres C”: Convencer, Confundir, Cooptar, consolidar noticias falsas en la percepción común.