La verdad es única y universal. Recuerdo que los campesinos de Intibucá me porfiaban que cuando hay truenos es porque dios arrastra un cuero en el cielo, y otros sostienen que el rayo trae como proyectil una piedra con la que parte los árboles. Pero la verdad científica es otra que todos los que hemos leído algunas páginas conocemos perfectamente. Eso pasa exactamente con las apreciaciones político-sociales, cada uno ve el mundo del color de la bandera de su partido y hace sus exégesis en base a esa información acumulada a lo largo del crecimiento de la conciencia. La conciencia no es más que «lo material transpuesto a la cabeza», según Marx. En otras palabras, la conciencia es la imagen subjetiva que tenemos del mundo en base a nuestro bagaje de información. Como no todos tenemos la misma cantidad y calidad de información en nuestra memoria (cerebro) y como la conciencia es única para cada uno, porque las percepciones no son de otros, hay muy diversas maneras de interpretar la realidad. Para los mayas el sol era un dios y no andaban equivocados porque ahora sabemos que es el sol, con su energía, el sustento de la vida en la tierra.
Digo esto porque Banegas, quien hace caricaturas hace algún tiempo, es muy bueno cuando se trata de hacer retratos, lo he visto hacerlos magistralmente en su programa de televisión, pero cuando usa plumilla para caricaturizar situaciones, no se substrae de su pensar político de su forma de entender el mundo, actitud que podría ser legítima, pero no necesariamente la verdad, si es el resultado de lo que ha aprendido o que le han enseñado, pero que también podría ser una manera de falsear las cosas para acomodarlas a su convicción política sectaria por conveniencias propias. Las fijaciones, en este caso, no conducen a una adecuada interpretación de las cosas y los acontecimientos. Por ejemplo, conozco un columnista que tiene una fijación contra Mel y ese personaje es en torno a quien hace girar todas sus argumentaciones que por tal motivo pierden legitimidad. Banegas tiene un daltonismo político porque todo lo ve de color rojillo y es en torno a esta fijación que pergeña sus caricaturas, que por ese daltonismo fuerza sus interpretaciones de tal modo que las lleva a caber en su prejuiciada visión del mundo.
Banegas tiene fijaciones mayores y menores, con las mismas consecuencias: desde hace alguno tiempo ha cogido a Gilberto Ríos como personaje para sus intenciones ridicularizadoras, como ocurre con la última caricatura aparecida el 6 de agosto de este 2024. Y claro, tanto Banegas como Gilberto tienen una visión contrapuesta del mundo y la sociedad, pero eso no le da a Banegas la autoridad para presentarlo como alguien que alimenta odio porque, que yo sepa, Gilberto no ha golpeado a nadie, no ha asesinado a nadie, no ha militado en ninguna mara o mafia narcotraficante, ni fue militante liberal o cachureco. Él propone, con forme a su visión, lo que piensa son las soluciones para la desgracia de Honduras, generada por el partido Nacional y el Liberal, éste último el de Banegas- durante mas de un siglo, siendo yo magnánimo, porque la responsabilidad de estos dos grupos traidores a la patria se generó desde la colonia ultrajadora de nuestras tierras y nuestros pueblos. Banegas hace que un rojillo termocéfalo, como les llama, le pregunte a Gilberto: «¿De qué se alimenta la revolución, compa?» y Gilberto le contesta: «¡De odio!». Y claro, como Banegas tiene una visión daltónica no ve la viga en el ojo de la ultraderecha timbuca y calandraca, cachureca y liberal, del odio que ha destilado esta casta traidora -rojiazul- a lo largo de la historia, que es su compinche.
Voy a poner, en la memoria de Banegas, algunos ejemplos de odio que han caracterizado a sus correligionarios de los dos partidos lamefondillo de los yanquis:
Cuando vino Colón a América y los que se hicieron llamar conquistadores, que no eran más que invasores y saqueadores, hicieron atrocidades en contra de la población indígena. No se puede olvidar el suplicio a que sometieron a Hatuey, indígena rebelde cubano, cuando le prendieron fuego por no aceptar la religión católica que hora sustenta al fascismo y a la derecha, sin que deje de olvidar los ultrajes cometidos en contra de los indígenas hondureños -Lempira incluido- que son, hasta ahora, discriminados, abandonados y usados solo como animales capaces de emitir voto, los votos rurales. Vi, en La Esperanza, como los nacionalistas encerraban a los indios, un día antes de las elecciones, luego los llevaban en fila india (india, como se lee) a votar, custodiados y con la boleta marcada, para luego recompensarlos con guaro hasta embrutecerlos. Y dejaré de recordarte los crímenes de la inquisición, la santa criminalidad, en defensa del dios que tu adoras y que favorece a las castas de arriba pero que mantiene a las mayorías en la miseria.
No puedo olvidar lo que vi el día del golpe de Estado en contra de Villeda Morales, coordinado por él mismo con López Arellano, para impedir, de acuerdo con la termocefalea de López Arellano, Villeda Morales y los gringos, la llegada del comunismo. Los guardias civiles los desarmó Villeda, unos días entes del día del golpe, pero eso no impidió que fueran asesinados. Vi sus cadáveres agujereados por los máuseres militares en la sede de la Guardia Civil. El día del golpe, en La Esperanza. Banegas, la gente tuya destilando odio.
Yo creo que tu fuiste testigo de lo que hizo el desquiciado mental Gustavo Álvarez Martínez y su jefe, el Rural Roberto Suazo Córdoba: alquiló el territorio nacional -por eso nos llamo Gregorio Selser: Republica alquilada-, albergó la Contra que fue responsable de milies de asesinatos a jóvenes nicaragüenses que defendían la libertad de Nicaragua frente a estas bestias sanguinarias pagadas con el dinero obtenido con el tráfico de drogas por Los Estados Unidos, asesinó de manera brutal y horripilante a muchísimos hondureños y extranjeros que estaban en nuestro territorio. Recuerdo a Félix Martínez, él fue asesinado por las bandas de Gustavo Álvarez Martínez y despedazado en fragmentos que fueron dispersos en el Sur para que nadie los encontrara. Eduardo Lanza, un estudiante de medicina de mi aula fue desaparecido y encontrado, años después, su cadáver, colgado con un gancho de carnicero y embadurnado con cal.
De Fidel Martínez y de Tomás Nativí no quedaron rastros, y este tuerce sufrieron decenas de hondureños. Yo trabajaba en el Ministerio de Salud y dos funcionarios que eran camaradas en la Facultad de Medicina, vendidos por unas monedas, el ministro y el director general, me enviaron el siguiente mensaje: «Tenemos órdenes del General Álvarez Martínez de despedirte. Te pedimos la renuncia, pero si no lo haces tendrás que atenerte a las consecuencias.» Entonces yo era Vicedecano de la Facultad de Ciencias Médicas y miembros de la Mancha Brava me dispararon en una ocasión y me dieron de puñetazos en otra, luego mi jefe, un seudo izquierdista traidor, se alió con Ramos Soto, quien no movió su boca para protestar por los asesinatos, para despedirme de la Universidad. Fernando Anduray se paseaba garrote o pistola en manos con un suástica en el brazo. Toda esta laya es congruente con tus ideas, Banegas, y estos se alimentaban y practicaban un odio criminal.
El golpe de Estado de 2009 fue patrocinado por los liberales en contubernio con los nacionalistas. Los papos liberales abrieron el camino para que los cachurecos fascistoides se apoderaron del gobierno y convirtieran a Honduras en un narcoestado. Supongo, Banegas, que tú estás informado de los innumerables asesinatos que cometieron los militares al servicio de los golpistas liberal nacionalistas y que no ignoras como se robaron los dineros del IHSS y ocasionaron múltiples muertes por falta de fondos en la institución, y como los dineros destinados a combatir el COVID también fueron saqueados y muchos hondureños murieron por falta de dioneros para su adecuada atención. JOH hizo dos fraudes electorales, violó la Constitución, se alió con los narcotraficantes y que yo recuerde tu no caricaturizaste esas tragedias. Y si lo hiciste me encantaría ver tus dibujos, sobre todo tu santa furia por los fraudes electorales.
Pero no te ha faltado largueza para ponerte del lado de los mentirosos, de los que quieren someter a Venezuela para volverla al redil del patio trasero y has publicado una reciente caricatura en donde sugieres que el Presidente Maduro es autor de asesinatos. Yo te pregunto, ¿quién te alimenta con esas falsedades? Porque no quisiera pensar cosas peores. Tú eres un hombre que se supone tienes sensatez, pero abogas porque María Corina proclame el vencedor en Venezuela, avalas que Gonzales Urrutia no se presente al Tribunal Superior de Venezuela a entregar las actas que dice tener y que demuestran el fraude, te niegas a aceptar que quienes han asesinado son los guarimberos, los opositores que un día después de la elección hicieron atrocidades en Venezuela. Tú te llenas la bocota asegurando que millones de venezolanos han migrado: los primeros en migrar fueron llamados por los países del futuro grupo de lacayos de Lima, pero cuando llegaron a sus tierras se les trato de manera inhumana, principalmente en Perú y en Chile, y eso en Chile eran los pinochetistas que son hermanos tuyos en ideología del odio. Ayer mismo oí un informe que Honduras es el que más migrantes reporta en México, y Venezuela está en un lugar lejano.
¿Será suficiente con esto que he dicho para que te quede claro quiénes alimentan el odio? ¿Será que requieres más evidencias para que te quede claro, Banegas, quienes no solo practican y se alimentan de odio sino que son responsables de lo más horrendos crímenes cometidos en contra de la hondureñidad? Y te digo, porque la mentira tiene patas cortas, que tú te pretendes águila, pero el águila es Gilberto, y como decía Chávez; águila no caza moscas.
Y mucho te falta, Banegas, para estar al lado de Quino, de DUMONT, de Allan McDonald.
Por: Víctor Manuel Ramos